Los ideales y objetivos sociales, nacionales, mundiales, pragmáticos que por su naturaleza son a plazo indefinido, aportan otro elemento imprescindible en el logro de la unidad, y este elemento es precisamente el largo plazo. Los ideales y objetivos comunes humanos, trazan el camino a gobernantes y gobernados, siendo por sà mismos, fuerza que impide la improvisación de los gobernantes y gobernados, apuntando a la corrección del problema más difÃcil: Gobernar bien, direccionar acertadamente. AsÃ, la humanidad, disfrutara y construirá futuro, a cambio de lo que acontece hoy: autodestrucción.
Movilizar una nación, y nuestro mundo tras un objetivo general, concreto, a corto plazo, es de gran importancia, pero, movilizarlos tras ideales y objetivos pragmáticos, comunes, globales, equivale a multiplicar los resultados o efectos.
La unidad, estimula la actividad individual y social. La unidad aplicada a ideales y objetivos nobles construye, proyecta, logra vivencia exótica, multiplica los resultados en la labor social, humana y natural.
¡LA UNIDAD APLICADA A IDEALES INNOBLES... DESTRUYE!