La direccionalidad es la expresión de la moral a partir del ciclo de civilización. La direccionalidad o moral, es de tal importancia y dimensión como la sumatoria de todo el trabajo realizado por la humanidad durante los últimos 12 mil años.
La moral, ha guiado instintivamente a la especie durante miles de años, fue interpretada en diferentes formas, tanto erradas como acertadas. Hoy, podemos perfectamente, darle a nuestro mundo direccionalidad hacia ideales de preservación del medio natural, de la civilización y de la especie. Hoy, podemos darle a nuestro mundo contenido moral, en razón a que tenemos la experiencia, el conocimiento y los recursos suficientes; entonces, ¿cuál es el problema, para que el mundo, no encuentre el camino adecuado, a pesar de tener suficientes recursos naturales y humanos? El problema nace en la dirección, en la cabeza (garantizado, ahà nace); en la cabeza del Estado; de las Naciones Unidas; de la humanidad: de los dirigentes.
Los seres humanos no nos hemos detenido a profundizar en lo fundamental: la moral, al punto que, con el florecer de los recursos materiales, esta desapareció, cambiándose por la Ãtica, la cual, a mediados del siglo XX, producto de la necesidad de dar normas a la relación social y económica, se impuso en la sociedad (en lo económico, en lo religioso, en las profesiones y, en todas las actividades humanas).
Las personas jamás destruyen su obra, lo hacen aquellas que no la conocen, porque no fue resultado de su trabajo. Sin una Moral bien estructurada, es imposible construir, a cambio, resulta muy fácil destruir.